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¿Cuáles son los síntomas de infección tras una extracción dental?

La extracción de una pieza dental es un tratamiento odontológico muy frecuente y es importante informar a los pacientes sobre los posibles síntomas de infección después de este procedimiento.


Después de la exodoncia, se establece un período de cicatrización que oscila entre 1 a 7 días, durante los cuales el paciente puede notar varios síntomas como dolor, hinchazón y sangrado. A partir de las 48 horas de la extracción estos síntomas suelen estar en un nivel tolerable, hasta que finalmente desaparecen, si no lo hacen, es posible que se haya producido una infección.


Entre un 2 a 6 % de las exodoncias suelen tener una infección postoperatoria. Tras las 48 horas de la extracción, los síntomas de infección serán los siguientes:


El dolor sigue siendo severo con mucha intensidad, la hinchazón y el sangrado persiste o aumenta, puede desarrollarse una supuración, fiebre o mal aliento.


Pasadas las 48 horas, ante la presencia o la persistencia de estos signos, es aconsejable asistir al odontólogo para diagnosticar la infección y así recibir atención médica.


Pero ¿por qué surgen las infecciones luego de una extracción dental? Es importante tomar en cuenta que en la boca existen millones de bacterias que se pueden depositar en la herida de la extracción, favoreciendo y desarrollando la infección. Por este motivo, es fundamental seguir las indicaciones posteriores a la exodoncia que siempre brinda el cirujano maxilofacial.

Las causas más frecuentes de una infección después de una extracción están relacionadas con los siguientes factores:


Mala higiene: una higiene incorrecta o la falta de higiene oral es la causa más frecuente de infección luego de una exodoncia. Para evitarla, se recomienda cumplir con las instrucciones postoperatorias indicadas por el cirujano, entre las cuales se encuentran: cepillado de la herida con cepillos ultra suaves y enjuagues bucales con clorhexidina; una correcta higiene bucal luego de la intervención quirúrgica reducirá notablemente el riesgo de que se desarrolle una infección.


Fumar: este hábito se relaciona directamente con infecciones postquirúrgicas, porque el tabaco limita la vascularización de la herida y reduce la respuesta del sistema inmunológico en la zona de herida.

Trauma quirúrgico: esta causa de infección está relacionada con los diferentes tipos de extracciones dentales. La exodoncia de alguna pieza puede requerir de la remoción de hueso alrededor del diente, lo que conlleva un mayor trauma que aumenta la posibilidad de infección.


Una vez que se ha diagnosticado la infección después de la extracción de la pieza dental, el cirujano prescribirá un tratamiento encaminado a eliminar la infección.


Habitualmente las pautas a seguir para solventar este problema son las siguientes:

Antibiótico: el uso de antibióticos es un método eficaz para el tratamiento de la infección. Generalmente, se suele recetar un antibiótico de amplio espectro, los cuales son muy efectivos contra el tipo de bacterias anaerobias que están presentes en las infecciones dentales.


Higiene: se indica el uso de un cepillo ultra suave sobre la herida, así como también jeringas que permitan lavar la herida con antisépticos, como la clorhexidina.


Enjuagues: con la intención de reducir la carga bacteriana oral y favorecer a la cicatrización, el cirujano recomendará un enjuague bucal a base de clorhexidina que debe ser utilizado tres veces al día durante 7 a 14 días.

Evitar el tabaco: como mencionamos anteriormente, existe una alto asociación del tabaco con la infección oral, por lo tanto, dejar de fumar ayuda a controlar la infección.


En caso de que los tratamientos anteriores no hayan conseguido eliminar la infección, el cirujano deberá proceder a una intervención quirúrgica. Esta nueva cirugía tendrá la finalidad de acceder al interior de la herida, eliminar el tejido infectado y lavar la herida con suero fisiológico.


Para finalizar este artículo, es importante resaltar que la alveolitis seca es una de las infecciones más frecuentes después de una exodoncia. Se trata de una infección dolorosa, que se desarrolla cuando el coágulo sanguíneo, que normalmente se genera al extraer la pieza dental, no se desarrolla, se desplaza o se disuelve previo a la cicatrización.


En todos los procedimientos odontológicos, el profesional indicará a los pacientes los cuidados y métodos para minimizar el riesgo de infección.


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