Una deficiente salud bucodental tiene relación con el desarrollo o el empeoramiento de determinadas enfermedades respiratorias. Evidencias científicas muestran que se aumenta el riesgo de presentar una neumonía, bronquitis o exacerbaciones de las enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
La neumonía como a la bronquitis, en personas con patologías respiratorias crónicas, son dos infecciones respiratorias que se asocian a una elevada morbilidad y mortalidad.
En los últimos años se ha evidenciado un aumento en la incidencia de estas patologías, las cuales se han relacionado con la aparición de microorganismos causantes no habituales como los Pseudomonas aeroginosa y los gérmenes anaeróbicos, considerando que la boca puede ser el reservorio de estos organismos.
La continuidad anatómica entre la cavidad oral y los pulmones hace que exista una íntima relación entre ellos.
En condiciones normales, un agente infeccioso debe vencer a los sofisticados mecanismos de defensa inmunológicos y mecánicos para alcanzar el tracto respiratorio inferior. Los mecanismos de defensa son tan eficientes que, en paciente sanos, la vía aérea distal y el parénquima pulmonar permanecen estériles.
Sin embargo, cuando existe un desequilibrio en la relación huésped-patógeno, las defensas del huésped se ven comprometidas y cuando el patógeno es particularmente virulento, aparece la infección.
Estudios recientes han determinado que, en los pacientes con una mala salud bucodental, con un elevado índice de placa dental y pérdida ósea alveolar, existe un riesgo significativamente mayor de sufrir exacerbaciones de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Incluso se ha evidenciado que la enfermedad periodontal es un factor de riesgo independiente para el desarrollo de esta enfermedad. De igual forma, estudios observacionales han confirmado que los pacientes con exacerbaciones de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedades periodontales que aquellos que no la tienen.
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