Los implantes dentales actualmente son la mejor solución para la sustitución permanente de un diente. Esta técnica está basada en una amplia investigación científica de más de 40 años, lo que ha hecho posible conseguir buenos resultados que brindan una gran mejora estética y funcional del paciente. Generalmente, aquellas personas que perdieron alguno o todos sus dientes son candidatas para implantes, pero es fundamental que el paciente se encuentre sano, porque hay una serie de condiciones y enfermedades que pueden afectar al implante.
Por ejemplo, la fusión del implante con el hueso se podría ver afectada en pacientes con una diabetes no controlada, fumadores, alcohólicos o con una enfermedad periodontal no controlada.
Para mantener los implantes con salud es necesario conocer los factores de riesgo de sufrir periimplantitis. Esto quiere decir que una periodontitis no tratada, una mala higiene oral, no higienizar las prótesis, el tabaco, la ausencia de profilaxis cada 6 meses, falta de encía
queratinizada alrededor de los implantes, la marca del implante, el número de implantes que porta el paciente y la distancia entre el hueso y diente sobre implantes son factores que hay que tomar en cuenta para que este tratamiento sea un éxito.
Los implantes dentales son un tornillo de titanio que es biocompatible con el organismo. De esta manera, el hueso crece rápidamente alrededor del implante, produciendo una unión estable y duradera. Para conseguir la reposición de un diente mediante el implante.
Los implantes dentales tienen un porcentaje de éxito alto debido a la osteointegración del titanio, este material tiene la capacidad de fusionarse con el hueso.
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