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Puente dental o implante ¿Qué tratamiento es más recomendable?

Cuando se pierde un diente, el engranaje perfecto de la dentadura se ve descompensado. Debes saber que cada pieza dental tiene su función y que, cuando se pierde una de estas, además de los defectos en la estética de la sonrisa, la mordida se ve alterada adoptando posiciones incorrectas e incluso dañinas.


El puente dental es una prótesis fija soportada por dientes que ha sido utilizada por varios años como una opción para remplazar las piezas dentales ausentes. Para realizar este tratamiento, las piezas adyacentes al espacio del diente perdido son talladas en su totalidad hasta 1 a 2 mm con la finalidad de poder sujetar el puente dental, que suele estar formado por 3 o más piezas dentales unidas.


Los implantes dentales son raíces artificiales de titanio que colocan de manera fija en el interior del hueso del maxilar, para posteriormente colocar la corona.


Hoy en día la falta de hueso maxilar no es un obstáculo para realizar el tratamiento. La utilización de injertos de hueso es una opción válida para reconstruir el hueso faltante y poder así anclar los implantes al hueso.


Podemos decir que la aparición de los implantes dentales ha desplazado el uso del puente dental gracias a las ventajas inherentes a la implantología. Sin embargo, el puente dental sigue siendo un tratamiento muy solicitado. Por esta razón, a la hora de decidir qué tratamiento es el más adecuado debemos tener en cuenta varios factores relacionados con las ventajas y desventajas de cada procedimiento.


El puente se trata de un tratamiento traumático y agresivo, ya que, se debe debilitar las piezas adyacentes que sujetan el puente, lo que deriva en posibles infecciones (caries o periodontitis), así como un aumento de la sensibilidad al frío. Además, existe la posibilidad de perder esta pieza dental a mediano y largo plazo. Sin embargo, en el tratamiento con implantes no se talla a las piezas adyacentes, por lo que es un procedimiento menos traumático o agresivo.


La duración y estabilidad del tratamiento con el puente depende de forma directa de los dientes vecinos. Las condiciones bucodentales y la higiene deben ser excelentes para evitar cualquier problema.


Por otro lado, el implante dental no sólo sustituye la parte visible del diente, sino que también sustituye a la raíz, por lo que la estabilidad y la duración puede ser garantizada a un plazo más largo. En este caso la higiene sigue siendo un factor fundamental en el éxito de este tratamiento.

El puente dental al ser una prótesis formada por piezas unidas, la higiene es más complicada para el paciente. En este caso, es recomendable visitas periódicas al especialista, para controlar el estado de los dientes y realizar limpiezas dentales profesionales que eviten la aparición de caries y enfermedades periodontales, causantes de la pérdida de otras piezas dentales.


A diferencia del puente dental, la higiene del implante es mejor porque no hay conectores entre los dientes sanos, al ser el implante dental una pieza independiente de los dientes adyacentes.

Estéticamente, el puente dental tiene sus limitaciones, porque el elemento de unión entre los dientes distorsiona el aspecto natural de la prótesis; en cambio que los implantes parecen dientes naturales, aportando un aspecto más armónico a la sonrisa al coincidir en color y forma.

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