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Valeria Garzón

¿Qué es la erosión dental y cómo evitarla?

La primera superficie que tienen los dientes es el esmalte, después sigue la dentina y en el centro se encuentra la pulpa que es lo que se conoce comúnmente como el nervio. Y si bien el esmalte es el tejido más duro de nuestro cuerpo, mucho más duro que nuestros huesos. debemos tener en cuenta que, la exposición constante del esmalte a ácidos (por debajo de un pH 5,5) empieza a generar una desmineralización, es decir, un desgaste y pérdida de esta estructura.


En definitiva, con el desgaste se va perdiendo la altura de los dientes y variando totalmente su anotomía, un efecto que genera a largo plazo múltiples problemas, facilitando el desarrollo de otras patologías como las caries y la sensibilidad dental.


Esta pérdida de tejido dental puede ser de origen intrínseco, principalmente debido al reflujo gastro- esofágico, falta de salivación, enfermedades como la bulimia o el alcoholismo. Los flujos de nuestro organismo generan la destrucción de los dientes por donde pasan, repetidamente, y contactan con los dientes. Se observan con más frecuencia en las piezas dentales posteriores y sobre la superficie de la cara interna de los dientes de adelante.

La pérdida de tejido dental también puede ser por origen extrínseco, esto se refiere a los hábitos alimenticios, uso de drogas o exposición a agentes que facilitan la erosión. Esto se debe principalmente por el consumo de gaseosas, determinadas frutas y verduras e incluso suplementos con vitaminas.


Actualmente existe la tendencia de beber zumo de limón a diario en ayunas, esto aumenta el grado de erosión en la población. También existen ciertos colutorios que tienen un pH inferior al esmalte y sólo son recomendables en determinadas ocasiones y por prescripción del odontólogo.


Debemos tomar en cuenta que la erosión puede ir combinada con otras patologías como la atrición (Desgaste de la superficie de los dientes que contactan debido a la masticación), la abrasión (desgaste anormal de la estructura dentaria, pero no debido a la masticación, sino a un incorrecto cepillado dental u a otros hábitos orales) y las abfracciones (fractura o desgaste dental por sobrecarga, normalmente en la zona del cuello de los dientes y en forma de cuña).

Los tratamientos posibles para poder solucionar la pérdida de tejido dental es optar por rellenar los desgastes con resinas compuestas y en otros casos más severos se puede plantear a colocar incrustaciones de porcelana o resina.


Otro problema que se debe tratar es la sensibilidad que se desarrolla por la pérdida de estructura dental, cuando se repone el tejido perdido la sensibilidad mejora considerablemente pero también se puede recetar el uso de pastas y colutorios desensibilizantes.





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