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¿Qué es la periimplantitis?

La periimplantitis es una infección crónica de la encía que rodea a los implantes dentales a consecuencia de la acumulación de las bacterias de la cavidad de esta zona. Las bacterias de la cavidad oral se acumulan cada 8 horas sobre las superficies de los dientes que están conectados sobre los implantes, formando un biofilm que es más conocido como placa bacteriana.


Poco a poco esta placa bacteriana se va introduciendo dentro de la encía, formando un espacio que se llama bolsa periimplantaria, que es donde las bacterias se van depositando, sin que el cepillo dental pueda acceder a ellas. Todo esto favorece a la liberación de toxinas bacterianas que destruyen el hueso que rodea al implante y con el paso de los años pueden provocar la pérdida o fracaso del implante dental.


A diferencia de lo que mucha gente se imagina, la periimplantitis suele ser indolora. Los signos y síntomas de la periimplantitis son el sangrado y la inflamación de la encía. Sin embargo, estos signos muchas veces no son percibidos por el paciente, porque son muy sutiles.

Para detectar la periimplantitis, el paciente debe asistir al odontólogo que realizará un sondaje de las encías y una radiografía. Es fundamental detectar la periimplantitis en la fase inicial, porque el pronóstico es más favorable. En las fases más avanzadas, el pronóstico suele ser reservado.


El tratamiento de la periimplantitis incluye 2 fases: en la primera fase, se realiza una educación de técnicas de higiene oral especiales para aumentar la eficacia del cepillado de la placa bacteriana sobre los dientes, evitando que las bacterias ingresen al interior de la encía. En esta fase, también se realiza una desinfección profunda en la encía para eliminar los depósitos bacterianos y se recomienda el uso de antibióticos para el control de la infección.


Este tratamiento tiene un 30% de eficacia, por lo que en la mayoría de los casos es necesario un tratamiento microquirúrgico con anestesia local para eliminar la infección. El tratamiento microquirúrgico es mínimamente invasivo y ocasiona un postoperatorio con molestias leves.

En la segunda fase, el paciente debe empezar un programa de mantenimiento enfocado a prevenir la reaparición de la enfermedad. Durante las visitas de mantenimiento de los implantes, se debe evaluar el estado de la encía mediante un sondaje de los implantes y la toma de radiografías para detectar si hay destrucción del hueso. Posteriormente, se repasa las instrucciones de cepillado y se elimina las bacterias acumuladas en la encía mediante una desinfección meticulosa.


Los implantes dentales son un gran beneficio para los pacientes con ausencia de piezas dentales, sin embargo, tenemos que insistir que requieren de cuidados periódicos para evitar patologías graves como la periimplantitis. Para evitarla, debemos recordar que hay que tener una higiene oral especial y acudir a profilaxis 1 vez cada 6 meses.

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