Las carillas dentales son el tratamiento estético más solicitado para embellecer la sonrisa, ya que se puede modificar varias características del propio diente.
Las modificaciones que se pueden realizar en los dientes son las siguientes: mejorar la forma, recuperar el tamaño en dientes desgastados o rotos, blanquear el color del diente por causa de consumo de medicación, paso del tiempo, malformación del esmalte y rectificar ligeros movimientos como rotaciones, apiñamientos o cierre de espacios entre dientes.
Todos estos cambios se realizan con el objetivo de mejorar la función y sorbe todo, aportar rejuvenecimiento dental a la sonrisa.
Las carillas dentales son unas láminas finas, de porcelana o resina, que se unen a la parte vestibular del diente mediante técnicas adhesivas.
Normalmente se recomiendan en dientes anteriores tanto superiores como inferiores, porque su finalidad es sobre todo estética. El tratamiento se planifica en dientes simétricos, ya que es más predecible la unificación del color.
Para un buen resultado, se comienza en los dos incisivos centrales, luego en los dos incisivos laterales y finalmente en los dos caninos. También es posible colocar carillas en dientes más posteriores que sean visibles al sonreír.
Antes de empezar un tratamiento de carillas, es fundamental realizar un estudio estético de sonrisa mediante fotos y registros de la situación actual del paciente, para así diseñar el resultado del tratamiento planificado.
Luego se realizarán las carillas provisionales que se colocará en la boca del paciente. Una vez colocadas, se puede mostrar al paciente el resultado que se quiere conseguir, este proceso ayuda a visualizar el resultado final y corregir cualquier detalle que no le guste al paciente.
Existen distintos tipos de carillas en base al material con las que se realizan. Se encuentran las carillas de resina y las carillas de cerámica. Cada una tiene sus ventajas e inconvenientes.
Las carillas de resina no mantienen el color y el brillo estable todo el tiempo porque son resinas microporosas que absorben las tinciones de nuestra alimentación diaria, otra desventaja es que se pueden fracturar con facilidad y su duración es de aproximadamente 5 años. Sin embargo, en las ventajas podemos recalcar que son mínimamente invasivas sin dañar el esmalte del diente y son más económicas.
Las carillas de porcelana son muy invasivas, desgastando el esmalte de los dientes, hay que tomar en cuenta que el esmalte nunca más se puede recuperar y son más costosas. Como ventajas se puede recalcar que mantienen el color y el brillo todo el tiempo, son más resistentes a fracturas y tienen mayor durabilidad a largo plazo.
La durabilidad de las carillas está relacionada con el tipo de material que se elige antes de ser realizadas, ya que éste aportará estabilidad estética a mayor o menor tiempo.
Como en todos los tratamientos dentales, su éxito también depende del cuidado por parte del paciente y el control por parte del profesional.
Cuanto mayor sea la higiene oral, mayor será el tiempo de vida de las carillas.
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