En una mordida normal, los dientes de la arcada superior sobresalen por la parte de adelante o por fuera de los dientes de la arcada inferior.
Cuando esta situación es, al contrario, es decir, que uno o más dientes de la arcada superior ocluye por dentro de la arcada inferior, es cuando hablamos de la mordida cruzada.
Esta mordida cruzada se puede localizar a nivel anterior o posterior y puede ser de 1 o más dientes.
Las personas con mordida cruzada se caracterizan por presentar también un paladar ojival o estrecho, es decir, una estructura ósea que necesita ser ensanchada.
Dentro de los diferentes tipos de maloclusiones, podríamos decir que la mordida cruzada es una de las más comunes de la población.
La mordida cruzada se puede desarrollar por varios motivos. Puede ser porque el desarrollo óseo no se ha producido de manera adecuada, pero también porque lo dientes no erupcionaron adecuadamente y no ocluyen como deberían. Según estos criterios encontramos:
Mordida cruzada dental: los huesos maxilares tienen un tamaño normal y los dientes se inclinan hacia dentro.
Mordida cruzada esquelética: el maxilar es más estrecho que la mandíbula. En estos casos, a pesar de que los dientes están bien posicionados respecto al hueso, los dientes superiores quedan por dentro de los inferiores.
Podemos decir que la mordida cruzada se puede originar por factores genéticos, pero también por malos hábitos como la succión del dedo durante tiempos prolongados, la colocación de la lengua en una posición inadecuada (deglución atípica) o la respiración bucal (que se acompaña con posición baja y anterior de la lengua y, por tanto, no se estimula el crecimiento transversal del maxilar superior)
Existen diferentes tipos de mordida cruzada:
Mordida cruzada anterior: afecta a la zona de delante de la boca
Mordida cruzada posterior: se produce en la zona trasera de la boca
Mordida cruzada unilateral: afecta únicamente a un lado de la boca (derecho o izquierdo)
Mordida cruzada bilateral: se produce en los dos lados de la boca
En el tratamiento de mordida cruzada es necesario el diagnóstico y tratamiento precoz, ya que, podría provocan un crecimiento asimétrico de la mandíbula provocando una asimetría facial y siendo más complejo el tratamiento en edad adulta. Además de provocar una asimetría facial y estética, también puede originar problemas musculares, articulares y funcionales.
Entre los principales problemas que ocasiona la mordida cruzada, podemos recalcar la dificultad para masticar porque los dientes no reciben la fuerza adecuada y son susceptibles a sufrir daños.
Esta maloclusión se trata con mayor facilidad y efectividad durante la infancia porque se puede estimular el crecimiento de los maxilares debido a que el paciente se encuentra en edad de crecimiento. Es por esta razón, que siempre se aconseja llevar a los niños al ortodoncista por primera vez a los 6 años de edad. Aún así, si se detecta de manera precoz, se puede empezar el tratamiento incluso antes de los 6 años.
En la edad en la que el paciente se encuentra en crecimiento, el tratamiento es interceptivo orientado a guiar el crecimiento de las bases óseas maxilares y mandibulares. Se suele tratar con unos aparatos que van fijos al paladar y que tienen como objetivo expandir el maxilar superior y, por lo tanto, ensanchar el paladar.
Durante el crecimiento, se puede considerar un tratamiento relativamente fácil y altamente efectivo porque los huesos aún no están formados.
El tratamiento en adultos es completamente diferente porque el crecimiento de los huesos de la cara ha finalizado y, por lo tanto, no puede ser guiado con ortopedia.
En estos casos, el ortodoncista debe evaluar el grado de severidad que tiene la maloclusión en cada paciente y después de haber estudiado el caso se procederá a determinar el mejor tratamiento para corregir la maloclusión y obtener la posición correcta.
Entre los tratamientos podemos encontrar la compensación dental (trabajar con las inclinaciones de los dientes respecto a las bases maxilares para poder encajar bien los dientes) o en los casos más acentuados, puede ser necesario recurrir a la cirugía ortognática para modificar el tamaño y la posición del hueso.
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